Todo mar que exhaló de este alcohol fósil, ha de tener un corto paso en la tierra. Ha de vivir con el miedo a sus bestias y la tentación de ultrajar sus rocas con miras a un orgasmo de corales.
Pero esto no es nuestro caso, mi sirenita lunar. Tu apenas eres diestra para escribir tu nombre y prensil para aprisionar mi sexo con la ternura de una ballena enamorada. Enamorados como estamos de este mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario