domingo, mayo 23, 2010

Dirigible

Hermano, esta casona ha marcado el
tono pacífico de mi vida.

Frente a una pileta que fluye
como el reino de una caja
negra, los árboles invaden
mis respuestas.


Con las curvas de
sus alas
más allá el sol
me sonríe como
una piedra
para calmar
el éxtasis frío de mi pecho.

Lima
07/01/10

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