domingo, octubre 28, 2012

El Paso de Avelino



Nuestro Brujo puede más que el tiempo y sus huestes lo demuestran con un henchir de instantes marcados a la hora familiar. Hay cacerolas tintineantes como un verso. Hay fuego capturado por las caricaturas de las cámaras. Hay vista al mar.

Sobre nuestro horizonte a cuarenta y cinco grados, el paso de Avelino se apodera de las sombras del reducto, y pareciera que su corpulencia andina y su juicio averno  se apoderaran del enemigo inerme del tiempo. De pronto su vida, inmola al silencio con su rugido de valor, mientras que su busto de bronce; nos llama a desafiar las rosas con su fragancia de añoranza.

Miraflores
11/10/12

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