Fricciones intensas, como el viento
que recorre los espacios
no del cielo ignorante
ni del sueño estulto
y recurro en el acto
a tu cuerpo débil y manso.
Manso como el líquido
que liberas en tu demencia
y que alimenta mis sueños,
todos mis cabellos poseídos
escapando de mi vida.
Vida que no queremos tal
cual onanismo de las almas
salvajes y tórridas en gozo
y nuevamente el placer pueril
pues condensará tu
cuerpo no de mi cuerpo.
Chosica
Abril del 2004
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