domingo, noviembre 20, 2011

La Niña Milenaria



Martina no tiene voz, pero tiene una constelación de nombres que simulan la estructura de Martín; aunque no hay estudios concluyentes al respecto. Apenas ella escucha el llanto de los peces, como una osezno hastiada del desove, conforme lo estipula el tiempo.

Martina no termina, porque es un sueño. Un sueño que el pinto anheló durante el baño incansable a sus pinceles. Una niña risueña que amanece bajo Venus; atenta a la desnudez de los instantes recordándonos al Helio impropio de nuestros desayunos. Martina, la niña milenaria.

Vitarte
10/11/11

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