Un martes trece, es un día feliz para el joven. Dieciseis es una edad meliflua, una satisfacción que nos pone de pie y que simula abrazos de koalas especiales.
No obstante esa voz ya no estará y esa ilusión recaerá en muchas otras, tan cercanos a la vida; tan separados de la muerte.
Mientras los ríos deliberen, mientras los viejos socaven los días con fondos previsionales y su café cargado. Mientras un joven desee, conquistar el saber.
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