Como descubriste uno en brutal
opulencia morfológica, tierna
figura de tu ser gestor
transformada en tendencias
glotonería, mi servicio pronto
mi corazón pronto, mis manos
mi vida perdió sus
lágrimas, empero tú las
transformaste en sudor o en
pensamientos dirigidos al noroeste, donde estás.
Cueva de los siglos y tu
presencia tan amiga tan
angelical me dice que
el tiempo también será amigo
que la esencia de los niños se
funde en mis pupilas que te
sienten tan madre tan pezones
serviciales y otra vez tu estructura
aún mejor en magnitud me llevo
el rostro al noroeste, donde creo estás.
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