De noche podré evadir las comidas, el sazonador, la carne, el agua hervida; mas no tu cuerpo.
Vieras que receta encuentro en cada claro de luna, para finalmente poseerte y gemir como jabalí próximo a un martirio, cortesía de los canes.
Y no preciso ser perro para esperar la hora en que comienzo a saborearte, sazonador, carne, agua hervida; mi intocable dama satelital.
Vieras como el día agoniza finalmente, para ser así otro nublado desnudo, atento al desayuno de las formas. De noche podré evadir las comidas, quizas el lonche; mas no de mi vista, tus lunares.
Surco 24/01/07
No hay comentarios.:
Publicar un comentario