Olvidarme de ti. De tus manos paleontólogas
que no dieron con mi alma.
Olvidar, olvidarme como si el azul
marsupio de la elegancia
me espere con sus endocrinas ganas.
Pero el camino lodo simplemente
mi loro receptor durmiente
y de espaldas.
Respirar que la laringe languidece
en elegancia. Respirar respirando
en torno al torso que entorpece las caricias
salvando al revés la delicadeza.
Pero el valle del lagarto esconde al tiempo
sus monstruos, su piedad
y su epidemia.
Y no por aclamar el canto, he de usar lejía
alegría alejada a flor del día
tentativa, evasiva extensiva
y desentendida.
Subversiva estrella, he de partir, he de olvidar
y he de respirar; por donde deje de crecer
por dejar el yo en nuestros valles en alma
y en lo encarecidamente obvio.
Chacla
13/02/07
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