viernes, abril 20, 2007

Exceso de Menestras V

De pronto me desvisto ante un espejo ataviado de tiempo, su sombra coloreando la vida desde un espacio en la guía telefónica de simpatía; hombre, quiero conocerte y perderme en un momento.

Saber que los ojos se pierden muchas veces en la corteza del querer, y que muchas veces este elemento no ha de llegar a un ligero recuento de sus labios.

Al revés miré la vida como un rectángulo de cristal, la noche aniquila el efecto de la salud, y no existe mas que una camisa a cuadritos que alguna vez no estuvo sujeta a la moda.

Y aún a esperas del domingo 9:00 pm, como que será preciso comer.

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