Mis labios transcurren en dulzura.
En rubores de placer que me deja
un blanco y su blancura
y tu ser
un salto en el tiempo
Tu ser es una luz emplumada.
Ataviada estelarmente
dibuja nubes que nos cubren de vida
y otras vidas
van paseando sus recuerdos.
Amuletos de cristal.
Voy a la estación estival
que limpia sus fríos
y sus botas
siderales.
Porque no existe una niñez sin tu adolescencia
de iluminación y cantos
sin tu bienvenida
de fuerzas, sin tu
despedida de cristales.
Mis pasos sólo descansan sobre ti.
Descansan sobre la idea
de seguirte en los caminos
de agosto
y de sus tardes.
A tu lado el creer absorbe las miradas
reconociendo una silueta de armonía
entre las horas
más que horas.
de tu recuerdo.
Miraflores
07/11/07
de Poema Universal
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