a Alfredo
La tarde se bendice azul ante el presagio de lo oscuro. Tu
santidad de reinos, de guitarras y versos, ahora se asoma infinita, ante el
canto titán de tu coro de niños.
La tarde, es tu tarde y son tus manos, llegando al cielo
como una suave espada a la hora del silencio.
Pero he aquí tu luz y tu bendito brío.
Eterno Alfredo entre los versos
Eterno Alfredo entre los niños.
Eterno Alfredo entre los niños.
18/03/12
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