Creo recordar los mundos a partir de ti, por ti y desde ti; si bien es cierto son dos, me apreso en uno sólo; como que es la idea de perder tu color en movimientos ronroneo. No creo recordar, no creo soy ateo y soy injusto como un calavernario de penas.
Creo recordar que tanto el jueves como el domingo coinciden en tener 24 horas y creo (no se supone que soy ateo) que las horas tienen más segundos que minutos. Ahora créeme que prefiero emplearlas para cubrirte de besos, de pureza, de todo cuanto un pensar nutre sus labios, mis labios de penas.
Ahora sé que no hay retorno para el silencio, ahora sé que volveré a encontrarte en el silencio, en otras familias, en irrisorias medidas sociales que dialoguizan su vida al son de una balada analfabeta.
Ahora sé que madre sólo hay una, aunque quisiera como la patria en tener dos pensando en ellas, de manera que sea difícil el que me extraditen, como lo hacen contigo, a un terreno de ignorancia, a un terreno de vital sepultura allende un calavernario de penas (momificación), los labios de penas (mi loca afición).
Retorno a tu seda cubriendo de besos.
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