lunes, diciembre 12, 2005

Precisión


Y cambiaré los prolongados días, por segundos; para esperar el auxilio de la calma, enfrascarme en viejos temas lúdicos y hacer recuento de los males pares, cuyos espejos descansan aún en mi cuerpo; será una muestra de respeto gótico, venerable ilusión la mar.
(Para medir glorias).

Y cambiaré los prolongados días, por minutos; para digerir mis eyaculaciones creativas, al enterarme de que el color abunda en la oscuridad y que la semántica es sustituta perfecta del aceite en las frituras o en mis trovas, cuyos recuerdos reposan en piedras, olor mutiladas lagartijas.
(Por el subconsciente).

Y cambiaré los prolongados días, por horas; para hacer noches con mis manos, realizarme como mago como brujo o como ave y volar, no en una escoba sino en primera clase, cuyos destinos sepan valorarme no por mis pócimas sino por mis alas multicolores propio de su espanto presas.
(Por el daltonismo).

Y sólo pedirle al mundo un espacio respirable en la agonía y una prerrogativa para suerte y precisión de los instantes, los que alimentan mis sueños y castigan a los benditos delitos del pasado, supremamente adheridos a los cuerpos, cuyos recuerdos ventana muerta de una reposan.
(Para recién nacidos).

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