Maira es tan golosina como una prueba de amor. Con su sonrisa le demuestra al mundo lo que significa parecerse a una odalisca inglesa.
Mi ser no retorna del asombro. Se viste así de actor callejero para sorprender a la noche, pero no pasa más de un sombrero coqueto en esta isla báltica.
Me reconforta la idea de buscar una dosis de baterías y unas cuantas pastillas para esta inercia insensata de mi vientre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario