jueves, diciembre 18, 2008

La noche avanza como un ganso. Escucha las quejas del pasto y justifica el paso de los años para efectos del sustento. Yo soy la noche y mis sueños de ánsar son más castos que mil cabellos de beldades. Pero cada es un instante que se yergue en un gris no simplemente abstracto.

Palabra, un fin que se cubre de impolutos y la noche insular que se prepara a lo infinito. Yo soy lo infinito.

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