martes, junio 26, 2007

Abejas de Invierno

Aquella tu mirada, parte el tiempo en su adjetivo más cercano; aquella tu mirada hizo del músico, un juguete amaestrado, un cuchillo temeroso de las carnes, un muñequito sin tamborcito y con un soplo de amor en sus pantorrillas; aquella tu mirada me hizo de invierno y de tardes, hambre de un infierno que arde, brilla y canta como abeja.

Como abeja, sigo el ritmo de la vida desde abajo, posando mi ridiculez triunfante, sobre un cúmulo de néctares, esparciendo el polvo que se crea en toda delicia de colores; como abeja me resigno al cautiverio del triste invierno y de las tardes; suplicante averno gerifalte, que gime, rie y miente como aquella tu mirada.

Surco
12/06/07

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