martes, diciembre 19, 2006

Procesos Líricos (Apuestas)

Sentir nuevamente las garras del tiempo, incrustándose en esa inmensidad llamada pobremente piel. Pero esta vez no será acompañante el motivo, motivo que irá del lado lúcido, más conocido por sus pócimas de envidia o de sus colores provenientes de un deseo arrancado del jardín de la codicia, llamada avaricia.

Caricia se contempla en silencio olvidando a su noble c de castidad, cariño y caridad; caricia que recuerda que su a, como que ama su alegría y armonía, la risa con su i en la caricia y recordarte, recordarte en la vez que penetré tu inocencia en tu inteligencia, recuerdas que descendí a tus lentes al son de las muertes de mi cuerpo.

Sentir nuevamente las garras de un poder humilde de injusticia color concesionario, y a cada razón un espacio y a cada espera un dolor de corazón irracional. Como mandado al amanecer por desayunos panes, que revisten al pecado con su ictericia con su espera a fuer de saetas y muere la suerte.

Suerte ayer te visité con rosas chocolates y delicias mudas; al recinto de cansancio en sus palabras armadas, las que protegí urgentemente, deduzco a prisa, al paseo de un ser que no recuerdo ya al que alguna vez fui llevando mi prisa y mis olores, olvidando a los llantos faltos de tarjetas, besitos de verano y algo de aliento a su color pues estaba triste y exhausta y te encuentro a días si existe, gracias venga el cobre.

Sentir nuevamente el peso del tiempo, en cada descarga en cada abordo sin destino sin langostas, y por qué reír si el ser está ausente, mas vale con salvarlo o por lo menos llevarlo al más allá. Como música destinada a una fracción de vida que ha de escapar, como que hay algo allá arriba o allá abajo, sin entendimiento sólo el color de la depresión.

Depresión, no me diste las al que te pedí, sí sí aquella en cuya nocturnidad, duermes y te ahogas a la vez, sí sí la que se extrae y oculta. Ahí reposaré vagamente, me llevaré tu excepción, me moveré ante tus lentes, seré más útil que un vacío exportable, naufragaré hasta cubrir tus letras, tu arena; esta vez será parecido al estado en el que procesan la sal.

Es la raíz que invade de lecciones la corteza del entendimiento, es la raíz que se nutre quebrando y creciendo, deformando y conservando; es la raíz no el acierto, no el medio para cubrir mi costado de inferioridades, de cuestiones labiales o de formas corporales, para ser quien por ellos, por quien sentir desde ello, a guisa de procesos líricos.

En un salón de clases
La Molina
05/11/05

de Extravíos del Rubor
Procesos Líricos (Apuestas a la Piel)


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