Nadie le ha puesto al amor, asi lo utilizan como una dulce explosión de flores para la vida. La vida aquella que corteja al promediar las 8:00 pm de la noche, a los recuerdos de menestras y tubérculos arenosos. Amorosos los ojos deliciosos, el afán del trabajo, la venida preventiva y evasiva del ángel de la magia y la historia de un depredador postizo.
Y aquella vida como quiere que espera la virtud de los dientes o de un despejar de milisegundos las pestañas, recoge las sobras de las sensaciones y se embarca . En el mismo espacio , en la misma porción de claridad que se extravía como una fuerza explosiva con reminiscencia de manzana.
Y al final llega a un final que se aparta de su origen, finalmente.
San Miguel
30/04/07
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